25 Abr Cómo salir de una crisis
Cuando salimos más fuertes de una crisis hablamos de Resiliencia.
Antes de nada ¿qué es la resiliencia?
La resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, una crisis o por ejemplo, vivir una pandemia mundial. Significa «rebotar» de una experiencia difícil, como si uno fuera una bola o un resorte.
Esto no quiere decir que no se sufra o se viva la angustia, sino que se aprende a salir del atasco vivencial en que podemos caer en un momento de la vida difícil.
La resiliencia no es una característica que la gente tiene o no tiene. No se nace con ella, sino que son conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona.
¿Qué tengo que tener para ser resiliente?
Ya que hablamos que se trata de una serie de conductas o habilidades, se concreta en estos factores:
- La capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios para llevarlos a cabo: ser capaz de establecer y seguir un plan de acción.
- Una visión positiva de sí mismos, y confianza en sus fortalezas y habilidades.
- Destrezas en la comunicación y en la solución de problemas.
- La capacidad para manejar sentimientos e impulsos fuertes, es decir, una dosis de autoconocimiento.
Vemos que todo ello es parte de la llamada inteligencia emocional. Eso es, una persona con una buena dosis de inteligencia emocional será más resiliente a los vaivenes de la vida.
Cómo aumentar la resiliencia:
Busque oportunidades para descubrirse a sí mismo—Muchas veces como resultado de su lucha contra la adversidad, las personas pueden aprender algo sobre sí mismas y sentir que han crecido de alguna forma a nivel personal. Muchas personas que han experimentado tragedias y situaciones difíciles, han expresado tener mejoría en el manejo de sus relaciones personales, un incremento en la fuerza personal aun cuando se sienten vulnerables, la sensación de que su autoestima ha mejorado, una espiritualidad más desarrollada y una mayor apreciación de la vida.
Evite ver las crisis como obstáculos insuperables—Usted no puede evitar que ocurran eventos que producen mucha tensión, pero si puede cambiar la manera como los interpreta y reacciona ante ellos. Trate de mirar más allá del presente y piense que en el futuro las cosas mejorarán. Observe si hay alguna forma sutil en que se sienta mejor, mientras se enfrenta a las situaciones difíciles.
Acepte que el cambio es parte de la vida—Es posible que como resultado de una situación adversa no le sea posible alcanzar ciertas metas. Aceptar las circunstancias que no puede cambiar le puede ayudar a enfocarse en las circunstancias que si puede alterar.
Muévase hacia sus metas—Desarrolle algunas metas realistas. Haga algo regularmente que le permita moverse hacia sus metas, aunque le parezca que es un logro pequeño. En vez de enfocarse en tareas que parecen que no puede lograr, pregúntese acerca de las cosas que puede lograr hoy y que le ayudan a caminar en la dirección hacia la cual quiere ir.
Mantenga las cosas en perspectiva—Aun cuando se enfrente a eventos muy dolorosos, trate de considerar la situación que le causa tensión en un contexto más amplio, y mantenga una perspectiva a largo plazo. Evite agrandar el evento fuera de su proporción.
Es ahora un buen momento para aplicar esta habilidad en nuestra vida y conseguir que la crisis sea transformación y crecimiento.
Fuente: Asociación Americana de Psicología
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