Cómo tomar una decisión (II) - Eki - asesoría
630
post-template-default,single,single-post,postid-630,single-format-standard,bridge-core-2.0.6,ajax_fade,page_not_loaded,,qode_grid_1200,footer_responsive_adv,qode-content-sidebar-responsive,qode-theme-ver-19.3,qode-theme-bridge,disabled_footer_bottom,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-6.4.2,vc_responsive

Cómo tomar una decisión (II)

Segunda sesión.

Vuelvo a quedar con Alberto esta semana, sigue queriendo tomar una decisión que se planteó en la anterior sesión le dejé tareas pendientes y las ha hecho: le ha dado tiempo a pensar en cómo tiene distribuida la vida en todos los sentidos: en el trabajo, que es la prioridad, pero también se visualiza respecto a su situación familiar, su relación con sus amigos, qué tiempo dedica al ocio, qué hace para aprender más y desarrollarse personal y profesionalmente, si considera que gana suficiente dinero o le falta… todo esto lo tiene que valorar.

Empezamos la sesión recordando dónde nos quedamos y le preparo el ejercicio de la Rueda de Vida, donde tendrá que valorar, del 0 al 10 cada apartado. ¿Cómo se valora? Puntuando la situación actual de cada “apartado”. No voy a desvelar ningún secreto si te cuento que en el apartado “trabajo” Alberto ha puesto un 6 y en el de desarrollo profesional un 4. Está claro que son partes de su vida que quiere mejorar, y que tiene margen de mejora, hasta llegar al 10.

Descubrir los valores

Seguimos recabando información de Alberto. Ahora lo que tenemos que descubrir son los valores que le sostienen: cuáles son los ladrillos fundamentales en los que se basa su forma de vida y que son invariables, a lo largo de su existencia. No siempre los tenemos claros así que es un bonito ejercicio el darse cuenta de qué es lo que nos mueve en la vida, aunque sea de forma inconsciente.

Descubrir los propios valores puede ser muy fácil, si se ha pensado en ello, o puede ser complicado porque nunca se ha llegado a la esencia de las decisiones que hemos tomado en la vida. Una forma de llegar a ellos es preguntando. Por ejemplo, a Alberto le pregunto: “Si aceptas la oferta de empleo que tienes encima de la mesa, ¿qué conseguirías?”. Me puede decir: “Más dinero” o “Aprendería mucho” o “Sé que en esa empresa hay muy buen ambiente de trabajo entre los compañeros y quiero eso” o “Me permitiría un horario más acorde para conciliar el trabajo y mi vida familiar”… Para cada respuesta hay un valor diferente detrás aunque todas lleven al mismo sitio. Por eso, cada persona decide en función de sus propios valores, aunque lleguen a la misma conclusión.

Cómo saber cuáles son los valores

Existen muchas técnicas para llegar a los valores, a mi me gusta mucho la del “mandala de valores” que inventó un psicólogo británico Peter Wrycza inventó un sistema que llama “mandala de valores” que utilizo siempre que puedo.

Alberto llega a su valor fundamental que es “Aprendizaje y crecimiento personal y profesional”. Al rememorar, se da cuenta de que las decisiones importantes en su vida siempre han sido tomando en cuenta este valor. Por ejemplo, la Universidad donde decidió estudiar, el postgrado que hizo en otro país. En ambos casos fueron decisiones difíciles porque tuvo que salir de su ciudad y empezar desde cero en otro país, pero se animó porque se daba cuenta que lo que iba a obtener: aprendizaje, era superior a la comodidad de seguir en su ciudad de siempre con sus amigos y familia.

Bien, ya tenemos más cerrado el poblema de Alberto: la oferta de cambiar de trabajo le ha venido en un momento en que no se encuentra aprendiendo ni desarrollándose profesionalmente, y por eso se siente propulsado a tomar esa opción. Pero, claro, tenemos que ir acotando más para llegar al Objetivo real de este proceso.

Los requisitos de un objetivo

El Objetivo tiene que tener unos requisitos para que se pueda considerar algo posible y no un sueño o un proyecto a medio largo plazo. Estos requisitos son:

  • ESPECÍFICO: Alberto ya se ha decidido: su objetivo final es Desarrollarse profesionalmente, ya que es lo que en realidad quiere y necesita que le falta. Pero claro, eso no es muy específico, ¿verdad?, habrá que seguir limando este punto.
  • MEDIBLE: Debemos saber que se ha conseguido con una referencia, ¿cómo sabremos que lo ha conseguido? Debemos fijar este punto también.
  • ALCANZABLE, que dependa de Alberto, no de que alguien venga y le dé lo que él quiere, tiene que ser algo que está dentro de su círculo de influencia.
  • REALISTA. Un objetivo tiene que ser algo que se puede conseguir. ¿Ponemos el ejemplo de querer ser astronauta? Creo que no hará falta, pero eso quiero decir, no todo lo que queremos se puede conseguir, hay que dar una capa de realidad a nuestros sueños.
  • TEMPORIZADO, es decir, tener un plazo de consecución que no debería ser superior a un año. Si pasa de un año ya pasa a ser un proyecto, un sueño… pero se queda ya difuminada como objetivo.

Y añadimos una característica más: todo objetivo tiene que ser ECOLÓGICO. Es decir, que en este caso hay que valorar en qué forma la decisión de Alberto afecta al resto de su entorno. En primer lugar, su familia más cercana: su esposa y sus hijos. A sus padres y hermanos. A sus amigos. A sus compañeros de trabajo, a su empresa. Eso es lo que tiene que tener en cuenta también al tomar una decisión.

Conclusión:

Al final de la sesión Alberto tiene algo más clara la situación: ya sabe cuáles son los valores en los que se tiene que apoyar y sabe qué condiciones tiene que tener el objetivo que se vaya a plantear, es decir, ¿qué implica tomar la decisión que tiene pendiente? Seguiremos en la siguiente sesión. 



686 974 997