El método kaizen para conseguir objetivos - Eki - asesoría
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conseguir objetivos

El método kaizen para conseguir objetivos

Una vez que ya hemos revisado nuestro camino y hemos visto en qué hemos podido fallar, si este sigue siendo nuestra meta, lo que hay que hacer es cambiar la manera de llegar hasta allí y programar los pasos a dar. Te propongo aplicar el método kaizen para conseguir objetivos.

Y ¿cómo?

Recurriendo a la sabiduría del Extremo Oriente, existe un método para encaminarnos al objetivo marcado que se llama Kaizen.  Esta palabra puede traducirse simplemente como “mejorar”.

Y curiosamente, aunque es un método usado en Japón, tiene su origen en la industria de Estados Unidos  durante la Segunda Guerra Mundial.  En ese momento la industria tenía que producir productos a marchas forzadas y no podían implementar cambios a grandes escalas porque paraban la producción. Así que se iban introduciendo pequeños cambios en la manera de fabricar, incluso diariamente, y se observaba el resultado. Si había mejora, se continuaba en la línea, si no, se dejaba y se iba a por otro cambio.

En Japón un ejemplo de cómo aplicar este método es la Toyota, que incluso publicó su propio manual: “The Toyota way” (2001) que sirvió para popularizar más este método.

¿Cómo funciona el método Kaizen?

El método kaizen para conseguir objetivos consiste en dividir todo plan de acción en pequeños pasos, en pequeñas metas, que pueden ser infinitesimales, fijarnos cada día una pequeña acción en vez de intentar hacer todo el proyecto completo de una vez.

¿Y porqué funciona así?

Este método se basa en un engaño. Engañamos a nuestro cerebro para que no se dispare la amígdala con el miedo que nos da un reto que es importante para nosotros.

Por ejemplo, si quiero cambiar de empleo tendría que dar los pasos necesarios para hacerlo: buscar uno nuevo, cambiar de lugar de trabajo, plantearme la manera de dejar el que tengo, cómo se va a ver influenciada mi vida por este cambio… si lo pienso todo a la vez, probablemente comenzaré a tener pensamientos negativos, se me aparecerán todas las posibilidades estresantes que se me ocurran y probablemente me parecerá una tarea ingente que me paralizará. 

Esto significa que ante todo el lío de pensamientos negativos se me va a activar la amígdala, con lo que se encederá una luz roja en mi cerebro: “¡cuidado! ¡cuidado!” Y este miedo me paralizará.

Y no he empezado siquiera, solo con el pensamiento ya me ha entrado el terror ante lo desconocido y mi cerebro se ha activado ante el peligro inminente y me protege, impidiéndome actuar.

Entonces entra el Kaizen para evitar el disparo de la amígdala y evitar la parálisis.

Si yo no pienso en que voy a cambiar de empleo y que me va a cambiar la vida, en que igual me quedo sin nada, en que no voy a tener dinero para pagar la hipoteca… y etc. etc. etc. sino que pienso: “¿Qué paso puedo dar hoy que me lleve a mi nuevo empleo?”, solo uno, por ejemplo, actualizar mi perfil de Linkedin, eso a mi amígdala no le va a parecer mal. No hago nada más que eso y con un solo paso no voy a disparar el miedo en mi mente.

Y eso me permite seguir adelante, al día siguiente puedo hacer otro pequeño paso, por ejemplo, escribir un mail a un amigo que puede ayudarme a encontrar otro puesto de trabajo. Y asi cada día.

No me pierdo en todo el proceso, aunque lo tenga como un todo, no actúo en todo a la vez, sino que voy dando pequeños pasos cada vez, que me va a ir acercando poco a poco a mi meta.

¿cómo de grande o de pequeño tiene que ser este paso?

Dependerá de cada uno, claro. Tendremos que buscar cuál es nuestro umbral del miedo, hasta dónde podemos actuar sin que el miedo nos paralice que para cada uno será diferente.

Y además, como cada día hemos cumplido el objetivo que nos habíamos propuesto se consigue también estimular la motivación y el compromiso. ¿Cómo no voy a seguir cumpliendo un plan que no me da miedo, que no me da trabajo y que veo que puedo cumplir diariamente?

La cuestión es que nuestra mente va ampliando el umbral del miedo cada día que pasa, y por eso cada vez nuestros pasos serán más grandes. Se va ejercitando el músculo de la acción y al cabo de un tiempo podremos haceer sin problema lo que el primer día se nos hacía imposible de plantearnos.

Aplicando el método Kaizen te darás cuenta de que se cambian los sueños por acciones, aunque sigan siendo metas soñadas podrás percibir que estas actuando hacia ellas y eso aumenta la motivación y nos acerca mucho más rápidamente al objetivo.

¿Cómo poner en marcha el método Kaizen?

Para empezar, las preguntas que hay que hacerse son:

1º- ¿Qué puedo hacer HOY para acercarme al objetivo que tengo? Por pequeño que sea ese paso, será algo lo que he hecho, que ya es más que nada.

2º- ¿Qué me impide hacerlo? Contéstate sinceramente a esta pregunta y fíjate qué excusas te das. Tienen mucha información sobre el momento vital en el que estás. 

3º- ¿Qué sucederá si no actúo HOY? Date cuenta de que el tiempo no es ilimitado y lo que no se haga hoy tendrás que hacerlo mañana, y éste será un día perdido en tu camino a la meta.

4º- ¿Qué es tener éxito para mí? Cada día revisa tu noción de éxito en la vida. Vamos cambiando y nuestras prioridades van alternándose y tal vez lo que era antes importante ahora ya no lo es. Y habría cambiado el objetivo sin darte cuenta. Ten siempre presente lo que realmente quieres.

5º – ¿Qué puedo hacer ante un problema inmediato? No hay que parar ante problemas futuros o que se puedan producir. Solo ocúpate de lo que tengas delante y sobre lo que puedas actuar. Tus actos han de ser proactivos y ocuparte solo de lo que depende de ti. 

6º – ¿Cuál es el peor problema que he tenido que resolver? Fíjate en cómo actuaste ante situaciones difíciles que hayas vivido y cómo se resolvió. Recurre a esa versión de ti que se enfrentó a la dificultad y pudo resolverla. Si antes pudiste, ahora también podrás. Y mucho mejor, porque ahora cuentas con información que antes no tenías.

7º – ¿Qué (o quién) te hace sentir débil? Estamos hablando de una debillidad física, emocional o ambiental. Esta debilidad te impide pensar con claridad y tomar decisiones. 

Para contesta a esta pregunta no hagas grandes elaboraciones mentales, respondete de manera rápida, casi sin pensar y esta respuesta automática te dará mucha información. Cuando tengas las respuestas que pides podrás empezar a cambiar lo que te hace débil por lo que te hace fuerte.

8º – ¿Qué te inspira? Busca a tu alrededor para encontrar fuentes de inspiración. Y date cuenta de en qué momentos del día aumenta tu productividad. Aprovecha estos momentos para programar las acciones que vas a hacer. Sé consciente de si tienes más energía por las mañanas o prefieres las noches para trabajar. Es importante ajustar el reloj interno con tu horario de producción.

9º – ¿A qué tienes que dar las gracias? Si reconoces los pasos dados por ti y las ayudas que has recibido y las valoras tendrás más fuerza para seguir adelante. No tienen que ser pasos dados necesariamente en el sentido de la consecución de tu objetivo. Por ejemplo, si tu sueño es viajar a Italia un verano, el que te contraten como personal de sala en un restaurante no es motivador, pero tal vez sea el empleo que te va a permtir ahorrar el dinero que necesitas para este viaje. Da las gracias también por este empleo que nada tiene que ver con tu sueño.

Comienza el camino hacia tus sueños dando el primer paso: empieza por tu plan de acción. Te espero.

Y recuerda: “Un viaje de mil millas comienza con un solo paso” . Lao Tzu

Photo by Jake Hills on Unsplash


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